10 ideas para combinar sofás de distinto color
Para conseguir un salón uniforme, elegante, sofisticado y, sobre todo, agradable, no es necesario que todos los elementos de este sean del mismo color o apenas difieran en sus tonalidades. A veces pudiera parecer que para poder disfrutar de una estancia acogedora hace falta que todos los muebles persigan una armonía muy similar, que implica necesariamente recurrir al mismo tono para conseguir mayor uniformidad. Yo, por mi parte, considero que no es así en absoluto, y sé que hay muchos colegas dentro del mundo del interiorismo que coinciden. Es posible y, a veces, incluso recomendable recurrir a sofás de distinto color para darle más dinamismo al salón y conseguir una habitación más cálida.
En este artículo voy a darte una serie de ideas para combinar sofás de distinto color en casa, ya sea porque estás pensando en comprar nuevos sofás y quieres comprarlo de diferentes tonos, o porque ya dispones de un sofá de cada color que hasta el momento no compartían habitación y quieres saber cómo juntarlos en el salón y no renunciar a la elegancia de esta sala común. Espero que mis ideas te ayuden a inspirarte y consigas organizar de forma más fácil y eficaz tus muebles para conseguir el salón de tus sueños de forma fácil y sin mucho esfuerzo.
1. Sofás de distintos tonos pastel
Si quieres conseguir una sala con bastante armonía y que además desprenda luz, optar por dos sofás de diferentes colores en tonos pastel es una muy buena opción. Amarillo claro, rosa palo o azul cielo son algunas alternativas muy interesantes, y aunque puede parecer que al pensar en estos colores se te antoja un salón con un ligero aire infantil, nada más lejos si sabes cómo hacerlo. Estos colores son perfectos para conseguir una estancia acogedora y tranquila, idónea para actividades como reuniones sociales, sesiones de lectura o incluso tomar el té, si te encanta disfrutar de tus momentos a solas en un salón que refleje tu personalidad y que no te sature.
De hecho, si no te gustan los colores estridentes y vas a pasar mucho tiempo en el salón, escoger estos colores es una gran idea, pues será difícil que termines cansándote de ellos al ser tan sutiles. Además, puedes contar con diferentes colores sin renunciar a una misma tonalidad suave, por lo que pueden combinar a la perfección entre sí.
2. Sofás en contraste claroscuro
Con esto nos referimos a combinar un sofá de color oscuro con uno de color claro. Por ejemplo, un sofá de tonalidades beige con uno verde oscuro o azul marino puede ser una buena opción. No tiene por qué ser tan drástico como un sofá blanco y otro negro, que sí veremos más adelante si te gusta este clásico combo, pero si quieres crear un contraste más marcado que no recurrir únicamente a una serie de colores suaves, como en la alternativa anterior, combinar un color oscuro con uno claro puede ser una gran idea.
Es más, si no quieres alejarte demasiado ni tener que comerte la cabeza con qué color combina con cuál, siempre puedes recurrir al abanico de tonalidades de un mismo color: combinar verde menta con verde aguamarina o verde oliva, por ejemplo, o disponer de un sofá de color verde muy oscuro y otro sofá con un verde muy claro, creando así un contraste cromático precioso y lineal que puedes completar con elementos de ese mismo color pero en diferentes tonalidades, consiguiendo así una suerte de theme en tu salón. Esto evidentemente puedes hacerlo con cualquier otro color: tonalidades de azul, rosa, amarillo… las opciones son infinitas, y los resultados siempre son gratificantes.
3. Sofás de colores opuestos en la gama cromática
Una opción muy interesante que pocos se atreven a explorar, ya que implica terminar con un salón bastante llamativo. Es una de las opciones predilectas que nos recomiendan desde el portal https://biancosofas.com/, tienda mallorquina especializada en la fabricación y venta de sofás a medida. Combinar dos colores de distinto color haciendo referencia a colores opuestos en la gama cromática implica un contraste bastante fuerte, pero siempre queda bien, si bien hay que saber cómo armonizarlo porque no dejan de ser colores contrarios.
Por ejemplo, una de las combinaciones más fáciles de recordar es el amarillo y el violeta. Se trata de una combinación que puede quedar muy elegante y que de hecho está bastante de moda, especialmente cuando hablamos de la tonalidad de amarillo mostaza y un violeta morado relativamente oscuro, sin llegar a ser casi imperceptible. Un sofá amarillo mostaza y otro violeta le dará a tu salón un toque innegablemente original y moderno sin renunciar a la elegancia. No obstante, dejar los sofás desnudos sin más puede dar una idea del objetivo final pero no creará esa sensación de unificación que se busca en la decoración de un salón, por lo que una buena alternativa es incorporar complementos violetas en el sofá amarillo y viceversa, salpicando así de cada color el sofá contrario y optimizando la cohesión de ambos tonos.
El azul y el naranja es otra opción muy similar a la anterior y a la que también puede sacársele mucho partido, y la combinación de rojo y verde también entraría dentro de esta opción, si bien esos colores podrían ser demasiado navideños para una decoración permanente.
4. Sofás llamativos de distinto color
Si te va lo estridente y quieres sofás llamativos, nada de colores apagados, pero no sabes cómo hacer que dos colores con esa característica no se sobrepongan el uno sobre el otro y acaben saturando la vista y el ánimo, tengo la solución para ti. Igual que si decides optar por elegir dos colores contrarios en la gama cromática, estos pueden ser llamativos y combinar a la perfección. Por otro lado, si lo que quieres es crear un ambiente específico, hay colores llamativos muy bien combinados entre sí, como pueden ser el rojo y el amarillo, el rojo y el naranja o el naranja y el amarillo. Son una serie de combinaciones interesantes de explorar y muy pasionales, así que tienes que estar completamente seguro de que es lo que te interesa, pues de lo contrario terminarás por cansarte rápido de esta decoración.
No caigas en el error de pensar que solo los colores cálidos pueden ser llamativos. Hay tonos de colores fríos que pueden ser igualmente llamativos, como las tonalidades neón de azul o verde, y pueden también generar una combinación muy interesante. Los tonos neón, por ejemplo, el azul o el violeta, pueden crear una armonía estupenda y muy atractiva, especialmente si lo terminas de combinar con elementos oscuros o directamente negros que hagan relucir todavía más si cabe estos colores.
5. Sofás en blanco y negro
Una combinación clásica allá donde las haya, y una de nuestras recomendaciones clave. Resulta muy fácil combinar un sofá blanco con un sofá negro, ya que son dos colores que, si bien opuestos, se atraen innegablemente. Hay muchas tendencias dentro de la decoración de interiores que buscan combinar estos dos colores, ya sea en baldosas, entrelazándolos, en elementos decorativos en paredes… y por supuesto en sofás, ya sea juntando un sofá blanco y uno negro o creando patrones en las propias fundas o tapicería de estos. No te será difícil dar con una combinación perfecta entre un sofá blanco y uno negro, aunque sí deberás tener cuidado con el estilo al que estés recurriendo. A veces no es tanto dar con los colores apropiados si no no intentar combinar de forma forzada sofás de un estilo clásico con sofás de un estilo más moderno, por ejemplo.
En este caso en concreto, nuestra recomendación es incorporar cojines o textiles negros en el sofá blanco y viceversa, creando así un efecto muy ying-yang, aunque otra alternativa es recurrir a elementos en tonos grisáceos que den la impresión de unir ambos sofás en una escala de grises muy interesante, que abarque tanto grises más oscuros como más claros.
6. Recurrir a elementos comunes
La madre de todas las recomendaciones en este tipo de cuestiones. Me habrás visto reiterarlo en algunos de los puntos anteriores, y es que recurrir a elementos comunes perfeccionará la combinación de tus sofás al combinarlos de distinto color. Siendo que ya contarán con un color diferente entre sí, utilizar complementos comunes en uno y otro facilitará que se perciba una mayor sensación de unificación y armonía. Por ejemplo, incorporando una manta del color del otro sofá para disponer de un elemento diferenciador y que destaque, haciendo que la vista se desvíe hacia ese detalle textil y se aprecie la combinación con el otro sofá. Otra alternativa, que ya he mencionado en algunos de los ejemplos anteriores, es incluir cojines del color contrario en uno y otro sofá, inclusive mezclándolos entre ellos para que, en lugar de parecer dos sofás separados e independientes, muestres un contraste inverso bonito y diferenciador.
7. Fundas del mismo color
Si tu consulta viene en la línea de que ya dispones de un sofá de cada color, pero no por elección propia sino porque te han venido dados, y no te gusta cómo combinan entre sí, siempre tienes la opción de comprar fundas del mismo color para ambos. O incluso fundas de diferente color, pero de tonalidades que te gusten más que las que lucen actualmente. Puedes incluso recurrir a fundas con patrones originales que mezclen más de un color y explorar posibilidades, al fin y al cabo cambiar la funda del sofá siempre será más fácil y barato que cambiar el sofá entero, así que son una buena oportunidad para experimentar y encontrar los colores que realmente disfrutas y quieres vivir día a día en tu hogar.
8. Cojines con colores inversos
Si tienes un sofá rojo y un sofá azul, por ejemplo, y tal y como los tienes situados en el salón parece que sean dos estancias completamente distintas porque no consigues que casen, pon cojines rojos en el sofá azul y cojines azules en el sofá rojo. Evidentemente esto no es más que un ejemplo abstracto y los colores no tienen por qué ser estos (de hecho, es probable que esta combinación de colores, dependiendo siempre de la tonalidad a la que estés recurriendo, no te convenza en absoluto), pero creo que ejemplifica fácilmente la idea que intento transmitir.
Igual que con cojines, si recurres a textiles de los colores del sofá contrario conseguirás el mismo efecto. Esto es algo que ya he comentado, pero te añado un pequeño extra: no es necesario que sea del mismo tono exacto que el otro sofá, puede ser el mismo color pero una variedad más clara o más oscura, si bien mi recomendación es que cuentes al menos con un elemento que sí sea del mismo tono exacto, pues así puede observarse mejor una progresión hacia los otros tonos y el punto de unión con el sofá contrario se hace más patente.
9. Distintos colores oscuros
Esto puede ser complicado, ya que no todos los colores oscuros combinan entre sí y, de hecho, si no sabes cómo iluminarlos o combinarlos bien puedes acabar con un salón demasiado oscuro y en el que no resulte agradable estar. Ten en cuenta el nivel de oscuridad de cada sofá: si son colores que rozan el negro será difícil y casi te recomendaría recurrir a alguna funda para cubrir alguno de los sofás para conseguir una tonalidad más clara que cree un contraste más factible, pero si te gusta la combinación de colores oscuros y solo buscas ideas, mi recomendación es aprovechar los tonos que tienes e incorporar elementos claros para que creen el contraste del que no dispones con los colores de las propias tapicerías.
Por ejemplo, si dispones de un sofá verde oscuro y de un sofá azul oscuro, intenta incorporar elementos como cojines, mantas u otros textiles en tonos de verde y azul más claros, tanto en un sofá como en otro, creando así un punto de unión entre ambos y no dándole demasiado protagonismo a la oscuridad del sofá, que, por otro lado, será la protagonista y la encargada de que el salón ofrezca un nivel de elegancia sin igual.
10. Distintos colores claros
Con dos sofás de colores distintos en tonalidades claras no deberás tener mucho problema. Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que los colores entre sí no combinen, pero siguiendo todos los consejos que te he ido dando a lo largo de este artículo no te costará encontrar una forma de hacerlo funcionar. No obstante, sí te comento lo mismo que en el punto anterior pero a la inversa: si no incorporas elementos oscuros tendrás un salón demasiado plano. Los colores claros tienen la ventaja de que aportan iluminación, así que eso que te llevas, pero si no creas algo de contraste difícilmente resaltará nada en la estancia y no conseguirás el efecto que deseas. Consigue cojines o detalles de colores más oscuros, tanto de los mismos colores en tonalidades más fuertes (por ejemplo, si tienes un sofá beige puedes hacerte con cojines o mantas de tonos tierras o incluso amarillos), o puedes ir directamente a un color más oscuro que cree un contraste evidente, como tonos negros o tonos muy oscuros.